Leonardo Bastida Aguilar
Tras una inusual granizada en mayo de 2007, el gran techo que cubre uno de los únicos lugares en México con pintura mural prehispánica, Cacaxtla, se derrumbó en su parte sur, provocando una acción de emergencia para salvaguardar las pinturas del sitio, que por su condición, elaboradas sobre muros de adobe, son delicadas.
Equipos de especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia e ICA trabajaron en conjunto para la reparación de la parte sur de este gran techo metálico de 11 000 metros cuadrados, sólo superado por el que cubre los Guerreros de Terracota en China.
De esta manera, tras un año de difíciles maniobras de restauración, la zona arqueológica reabre sus puertas al público este miércoles por lo que el público volverá a observar los murales de La Batalla, al hombre – ave, el hombre – felino, La Celosía, El Patio Norte, los Templos de Venus y Rojo, así como Las Periqueras.
Cacaxtla, sitio de carácter inusual por haber sido parte de la cultura Olmeca – Xicalanca y observador eterno de los volcanes Popocatepetl e Iztacihutal y La Malinche brilla de nuevo después de un año de restauración y limpieza en general para ser parte de ese diálogo con el tiempo eterno.