martes, 26 de febrero de 2008

CINE LATINOAMERICANO. BUSQUEDA DE ESPACIOS.

Iván Bastida Aguilar

Dentro del Festival Internacional de Cine Contemporáneo los documentales latinoamericanos tienen un lugar especial, FIPRESCI. El jurado de esta sección del festival compuesto por Chiara Arroyo Celia, Diego Trerotola y Gerald Peary, nos dieron su opinión acerca de este festival de cine y la situación latinoamericana en cuanto a producción cinematográfica.

Para Arroyo, FICCO juega un papel importante dentro de la industria mexicana ya que trae películas que generalmente no llegarían a las salas comerciales, debido a lo rígido del sistema, o alguna traba económica o simplemente porque no venden. Mencionó que en España existen también varios festivales importantes pero no uno tan grande.

Trerotola, programador del BAFICI (Buenos Aires Festival Internacional de Cine) ve similitudes entre el festival argentino y el mexicano respecto a los temas que abordan. De igual manera en BAFICI se presentará una retrospectiva de Carl Dreyer para conmemorar los 10 años del festival argentino.

Un problema que ambos jurados observan es la proyección de demasiadas películas en tan poco tiempo lo cual hace casi imposible que el espectador pueda asistir a todas.

Para Arroyo y Trerotola Chile, México y Argentina son países donde se concentra el cine latinoamericano actualmente. Aunque otros países como Paraguay y Brasil producen filmes de gran calidad.

Este hecho, de acuerdo a Arroyo, directora de cuadernos de Cine Ficco, ha hecho voltear a distribuidores europeos, los cuales se interesan en realizar co-producciones.

Sobre el panorama a futuro del cine latinoamericano en un futuro, el jurado concordó en que hoy en día existen directores un poco más radicales y una mayor facilidad para crear una película gracias al avance tecnológico.

Entre los problemas que aquejan al cine latinoamericano encuentran que los filmes a pesar de ser creados en sus países no llegan a mostrarse en estos, sí no es en festivales como FICCO.

De esta manera esperan en algunos años una regularización en la distribución cinematográfica, en la cual tengan la misma oportunidad de ser proyectadas las películas latinoamericanas que las comerciales.

Por último consideraron que hacer cine independiente en países latinoamericanos es un gran riesgo debido a la falta de circuitos que lo promuevan, solamente en Brasil y Argentina se han creado espacios para esos filmes.