Leonardo Bastida Aguilar
El saqueo de piezas arqueológicas es uno de los grandes problemas que enfrentan países como México que posee un gran acervo arqueológico. La mayoría de estas piezas tiene como destino colecciones privadas de personas en los Estados Unidos o Europa e incluso en algunos museos.
Este tipo de actividades encierran una gran cantidad de complicidades entre autoridades y traficantes que hacen llegar las piezas a mercados donde seguramente serán adquiridas por coleccionistas privados. Muestra de esto es el caso del saqueador Leonardo Patterson quien coludido con autoridades locales logró transportar a Europa (Munich, Alemania) un gran lote de piezas, de las cuales México reclama 716 ( Julio Aguilar, El Universal).
Como resultado del afán de recuperar el patrimonio arqueológico saqueado del país, el pasado jueves, el Instituto Nacional de Antropología e Historia recibió de parte de autoridades de la Secretaría de Relaciones Exteriores 929 piezas arqueológicas decomisadas en distintas ciudades de los Estados Unidos como parte del Programa de Recuperación de Bienes Arqueológicos, Artísticos e Históricos que México instauró en el año de 1985 con el vecino del norte.
De acuerdo al INAH, entre estos lotes se encontraban piezas arqueológicas correspondientes a
distintas temporalidades, prehistoria a época prehispánica y diversos lugares, Norte de México, Occidente, Altiplano Central y Costa del Golfo.
El embajador Alfonso de María y Campos, director del INAH, declaró - Toda recuperación de una pieza arqueológica que ha salido ilegalmente del país, es importante, y en el caso particular de éstas que hoy se reciben, su relevancia radica en que muchas de ellas proceden de las culturas del norte, de los primeros grupos de cazadores recolectores, de los cuales existen pocos ejemplares por tratarse de objetos hechos con materiales de origen orgánico, que con el tiempo se desintegran.
La importancia de las piezas confiscadas y repatriadas consiste en su carácter único como las de Coahuila, el material en el que se encuentran elaboradas o su dificultad para hallar más como son las piezas de barro blanco.
Estas piezas serán regresadas a sus localidades de origen para su posterior conservación y exhibición en museos de sitio y regionales.
Con información de INAH
El saqueo de piezas arqueológicas es uno de los grandes problemas que enfrentan países como México que posee un gran acervo arqueológico. La mayoría de estas piezas tiene como destino colecciones privadas de personas en los Estados Unidos o Europa e incluso en algunos museos.
Este tipo de actividades encierran una gran cantidad de complicidades entre autoridades y traficantes que hacen llegar las piezas a mercados donde seguramente serán adquiridas por coleccionistas privados. Muestra de esto es el caso del saqueador Leonardo Patterson quien coludido con autoridades locales logró transportar a Europa (Munich, Alemania) un gran lote de piezas, de las cuales México reclama 716 ( Julio Aguilar, El Universal).
Como resultado del afán de recuperar el patrimonio arqueológico saqueado del país, el pasado jueves, el Instituto Nacional de Antropología e Historia recibió de parte de autoridades de la Secretaría de Relaciones Exteriores 929 piezas arqueológicas decomisadas en distintas ciudades de los Estados Unidos como parte del Programa de Recuperación de Bienes Arqueológicos, Artísticos e Históricos que México instauró en el año de 1985 con el vecino del norte.
De acuerdo al INAH, entre estos lotes se encontraban piezas arqueológicas correspondientes a
distintas temporalidades, prehistoria a época prehispánica y diversos lugares, Norte de México, Occidente, Altiplano Central y Costa del Golfo.
El embajador Alfonso de María y Campos, director del INAH, declaró - Toda recuperación de una pieza arqueológica que ha salido ilegalmente del país, es importante, y en el caso particular de éstas que hoy se reciben, su relevancia radica en que muchas de ellas proceden de las culturas del norte, de los primeros grupos de cazadores recolectores, de los cuales existen pocos ejemplares por tratarse de objetos hechos con materiales de origen orgánico, que con el tiempo se desintegran.
La importancia de las piezas confiscadas y repatriadas consiste en su carácter único como las de Coahuila, el material en el que se encuentran elaboradas o su dificultad para hallar más como son las piezas de barro blanco.
Estas piezas serán regresadas a sus localidades de origen para su posterior conservación y exhibición en museos de sitio y regionales.
Con información de INAH
