domingo, 27 de abril de 2008

De Cocula es el mariachi…

Leonardo Bastida Aguilar
Fotografías Carla Tirado e Iván Bastida

El sonido de las trompetas, los violines, la vihuela y el guitarrón acompañados de cantos como “El Rey”, “Cielito lindo”, “México lindo y querido”. La alegría que irradia del “Son de la Negra” o “Las Bicicletas” son ejemplo del jolgorio mexicano.
Fieles testigos de bodas, quince años, serenatas al pie de la ventana o del último adiós. Esos que callaron al saber que sin ella de pena muero, ese de Cocula, esos amigo mariachi son baluarte de la cultura mexicana y fiel reflejo de la idiosincrasia de una sociedad.

Ante la importancia de este conjunto de hombres que inmortalizaron cantos del campo mexicano, el antropólogo Jesús Jáuregui, en un compendio de más de 400 páginas nos presenta el devenir histórico de una de las tradiciones más arraigadas en el contexto cultural de México: El Mariachi.
A través de un diálogo entre la historia y la antropología, Jáuregui, ofrece al lector una investigación profunda para rastrear los orígenes del mariachi, así como
contextualizarlo en su situación actual, debido a que ha trascendido las fronteras y se ha instaurado en casi toda América Latina y Estados Unidos.



Este libro surge tras la necesidad de dar una explicación fehaciente de lo que significa el mariachi para México. Como explicó Jáuregui, la mayoría de la literatura en torno al mariachi se produce en Estados Unidos y era necesario brindar un punto de vista desde México.
Tras un lamento por el descuido de una de las tradiciones más latentes de nuestro país y un exhorto a los intelectuales del país para no dejar a un lado las tradiciones del pueblo, el antropólogo invitó a continuar escuchando esa música “ligeramente fuera de tono” y permitir que los mariachis se echen la otra.

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