Mónica García
El arte puede remontarse a la prehistoria como una necesidad de expresión del ser humano. Cada persona posee una visión propia de lo que le rodea por el hecho de juzgar, sentir y percibir el mundo de distintas maneras. La forma más común de expresarse es a través de la escritura, pintura y música, entre otras formas de expresión.
¿Qué sería de la humanidad sin arte? Es difícil imaginar un mundo sin arte ya que se tendría que relegar la naturaleza humana, algo que parece imposible.
El arte es una actividad únicamente de los seres humanos. Este nos distingue como seres pensantes y sensibles, capaces de elaborar creaciones artísticas para si mismo y compartirlas con sus semejantes. Sentir satisfacción de ser escuchado, comprendido e inclusive criticado. Pueden ser bellas en el caso de ser compatibles con nuestras propias interpretaciones o pueden ser desagradables si no consideramos las ideas del autor o no son de nuestro total agrado.
El arte se construye a cada momento, en el mismo instante que decidimos gritar al mundo nuestros sentimientos, emociones, pensamientos y nuestra percepción de lo que nos rodea. Asimismo, el arte es parte de nuestras vidas, convivimos con él de la misma forma que convivimos con otras personas que lo crean.
Es así como el arte no se deslinda de nuestras vidas, vive, y por lo visto sólo morirá cuando la humanidad lo haga.
El arte puede remontarse a la prehistoria como una necesidad de expresión del ser humano. Cada persona posee una visión propia de lo que le rodea por el hecho de juzgar, sentir y percibir el mundo de distintas maneras. La forma más común de expresarse es a través de la escritura, pintura y música, entre otras formas de expresión.
¿Qué sería de la humanidad sin arte? Es difícil imaginar un mundo sin arte ya que se tendría que relegar la naturaleza humana, algo que parece imposible.
El arte es una actividad únicamente de los seres humanos. Este nos distingue como seres pensantes y sensibles, capaces de elaborar creaciones artísticas para si mismo y compartirlas con sus semejantes. Sentir satisfacción de ser escuchado, comprendido e inclusive criticado. Pueden ser bellas en el caso de ser compatibles con nuestras propias interpretaciones o pueden ser desagradables si no consideramos las ideas del autor o no son de nuestro total agrado.
El arte se construye a cada momento, en el mismo instante que decidimos gritar al mundo nuestros sentimientos, emociones, pensamientos y nuestra percepción de lo que nos rodea. Asimismo, el arte es parte de nuestras vidas, convivimos con él de la misma forma que convivimos con otras personas que lo crean.
Es así como el arte no se deslinda de nuestras vidas, vive, y por lo visto sólo morirá cuando la humanidad lo haga.
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